¡Vladimir, compórtate!”: Trump regaña a Putin como si fuera su perro travieso

Washington, Moscú, Kyiv – En un episodio más de la tragicomedia geopolítica mundial, el expresidente Donald Trump alzó la voz este fin de semana para pedirle a su “amigo” Vladimir Putin que “pare ya de portarse mal” tras el bombardeo más letal en Kyiv de los últimos nueve meses. La declaración, pronunciada con la solemnidad de quien pide una hamburguesa doble con queso, ha dejado al mundo entre el estupor y el desconcierto.

“¡Vladimir, para! Basta ya”, exclamó Trump durante un mitin en un campo de golf —que, por supuesto, lleva su nombre— con un tono más propio de un entrenador de reality show que de un estadista internacional. “Eres un chico malo. Lo dije desde el principio, pero nadie me escucha. Si yo estuviera en la Casa Blanca, esto no estaría pasando. Él me tenía miedo. Mucho miedo. Tremendo miedo”, aseguró, sin que nadie le preguntara.

Diplomacia de caricatura

El expresidente, conocido por su historial de contradicciones, fue claro y directo… en sus propios términos. Afirmó que con solo una “llamada telefónica fuerte” podría resolver el conflicto entre Rusia y Ucrania. “Una llamada. Cinco minutos. Se acaba la guerra. Nadie lo hace como yo. Putin me respeta”, añadió, dejando claro que la diplomacia internacional ahora funciona como una discusión de TikTok entre influencers.

Mientras tanto, el ataque en Kyiv dejó decenas de muertos, barrios destruidos y la tensión internacional en niveles críticos. Pero según Trump, todo se soluciona “con mano dura y una sonrisa irresistible”. El Kremlin, por su parte, no ha emitido respuesta oficial, aunque fuentes no confirmadas aseguran que Putin soltó una carcajada mientras revisaba planos de misiles hipersónicos.

¿Política exterior o terapia de ego?

No es la primera vez que Trump opina sobre la guerra como si fuera un torneo de golf: con frases altisonantes, soluciones mágicas y cero comprensión del contexto. Pero esta vez, el tono paternalista con el que se dirige a Putin ha provocado reacciones mixtas. En redes sociales, algunos lo han comparado con un padre de sitcom regañando a un hijo malcriado. Otros, simplemente, rezan para que nunca más tenga acceso a los códigos nucleares.

El show debe continuar

En medio del caos, los ucranianos siguen resistiendo. Y mientras los líderes del mundo buscan soluciones reales, Trump sigue regalando titulares dignos de una comedia absurda. Al parecer, en su mundo alterno, las guerras se detienen con regaños y los dictadores obedecen con una palmadita en la espalda.

Porque cuando la política se convierte en espectáculo, lo único que queda es sentarse… y llevar palomitas.