Mario y los tres presidentes: una tragicomedia en tres actos.

Jaime Bayly, el niño terrible del periodismo peruano, ha vuelto a encender la polémica con una de sus declaraciones más punzantes: «Mario Vargas Llosa ha apoyado a tres presidentes que terminaron siendo ladrones». Una afirmación que, aunque cargada de sarcasmo, no está exenta de verdad.​

En su estilo característico, Bayly no se guardó nada al recordar los respaldos políticos del Nobel de Literatura. «Pocos años después, apoyó a un político acanallado, Toledo, que fue presidente ladrón del Perú… El distanciamiento se agrió todavía más cuando él apoyó a un político impresentable, peón del dictador venezolano Chávez, un militar bruto y nacionalista de apellido Humala», relató Bayly, según informó Trome.​

El periodista también mencionó a Pedro Pablo Kuczynski, otro de los respaldados por Vargas Llosa, quien enfrentó acusaciones de corrupción durante su mandato. «Entonces Vargas Llosa me llamó payaso, bufón, arlequín, y su hijo mayor dijo que me había perdido el respeto», añadió Bayly, evidenciando la ruptura total en su relación con el escritor.​

Vargas Llosa, por su parte, ha reconocido públicamente sus errores en estos respaldos políticos. «Recomendé a todos los presidentes que hoy día son acusados de ladrones: recomendé a (Alejandro) Toledo, recomendé a (Ollanta) Humala, a (Pedro Pablo) Kuczynski», confesó el Nobel durante una mesa en la Feria Internacional del Libro de Lima, según reportó RPP Noticias.

La relación entre Bayly y Vargas Llosa, que alguna vez fue cercana, se ha deteriorado irreversiblemente. «Es una pena que los escritores amigos se peleen por razones políticas. No debimos pelearnos. Pero así ocurrió y estoy totalmente convencido de que ya nunca más los Vargas Llosa y yo volveremos a ser amigos», expresó Bayly en una entrevista con La República.

En medio de esta tragicomedia política, el electorado peruano observa cómo las alianzas y enemistades entre intelectuales y políticos se entrelazan en una danza que, aunque a veces absurda, refleja las complejidades de la política nacional.