Pekín – En una declaración cargada de simbolismo y tono desafiante, el presidente de China, Xi Jinping, afirmó este martes que su país “no tiene miedo” frente a la intensificación de la guerra comercial con Estados Unidos, marcando su primera intervención pública directa desde que las tensiones arancelarias escalaron nuevamente.
Durante un discurso en el Foro de Cooperación Económica celebrado en Shanghái, Xi abordó el conflicto con una mezcla de firmeza nacionalista y diplomacia medida. “China no teme a las fricciones ni a las presiones externas. Hemos resistido desafíos mucho mayores en nuestra historia, y los superaremos también ahora”, aseguró ante un auditorio compuesto por empresarios y delegaciones internacionales.
Las palabras del mandatario llegan tras la reciente imposición de nuevos aranceles por parte del gobierno estadounidense, medida que ha tensado aún más las ya frágiles relaciones económicas entre las dos mayores potencias del mundo. Washington acusa a Pekín de prácticas comerciales desleales, robo de propiedad intelectual y subsidios estatales, mientras que China denuncia “provocaciones” y “unilateralismo económico”.
Análisis: firmeza estratégica o mensaje para el consumo interno
El mensaje de Xi tiene múltiples capas. Por un lado, busca reafirmar la imagen de una China fuerte y autosuficiente, enviando una señal tanto a la comunidad internacional como, especialmente, a su propio pueblo. En un contexto donde la presión económica comienza a sentirse —con caída en las exportaciones y una desaceleración del crecimiento—, este tipo de declaraciones apuntan a reforzar la cohesión interna y proyectar confianza.
Por otro lado, expertos consideran que Xi también intenta marcar una postura clara frente a EE.UU. sin cerrar la puerta a una eventual negociación. “Es un mensaje cuidadosamente diseñado: desafiante, pero no incendiario. China quiere mostrar que no se doblega, pero tampoco busca una ruptura total con Washington”, explica la analista política Mei Ling Chen, del Instituto de Estudios Internacionales de Pekín.
El riesgo de una escalada prolongada
La falta de avances concretos en las conversaciones bilaterales y los constantes cruces de declaraciones mantienen a los mercados globales en vilo. El impacto no se limita a China y EE.UU.: la guerra comercial ha repercutido en las cadenas de suministro globales, encarecido materias primas y debilitado la inversión extranjera en ambos países.
En ese contexto, la afirmación de Xi de que “el tiempo y la historia están del lado de China” no es solo retórica: es una declaración de largo aliento que sugiere que Pekín está dispuesto a resistir un conflicto prolongado si es necesario.
Conclusión
La intervención pública de Xi Jinping marca un punto de inflexión en el tono diplomático chino. Ya no se trata solo de respuestas técnicas o comunicados del Ministerio de Comercio: es el propio líder quien asume el protagonismo. Y cuando Xi habla, no es solo para responder; es para trazar una línea. La pregunta ahora es si Washington escuchará… o escalará.