De izquierda a derecha, los cardenales Peter Kodwo Appiah Turkson, Pietro Parolin, Luis Antonio Gokim Tagle, y Fridolin Ambongo Besungu.
Por El Literato
El papa Francisco ha dejado este mundo. No en un vuelo papal ni en un hospital romano, sino —dicen— en paz y con el rosario en la mano, como corresponde a un pontífice argentino que llegó a Roma y la sacudió con mate, carisma y más de una reforma que hizo temblar a varios cardenales de sotana apretada.
Y como el Vaticano no es inmune al drama sucesorio (Shakespeare estaría fascinado), los ojos del mundo están puestos ahora en la Capilla Sixtina, donde los cardenales se preparan para encerrarse, rezar y —esperamos— no pelearse por los mejores cuartos. Empieza el cónclave: versión eclesiástica del “Gran Hermano Celestial”.
¿Quién será el nuevo CEO del cielo en la Tierra?
Hay varios candidatos con el Espíritu Santo en speed dial, pero el favoritómetro está que arde con estos nombres:
Pietro Parolin – El italiano institucional
Secretario de Estado del Vaticano. Lo conocen como el diplomático de hielo: elegante, calculador, y con la habilidad de negociar incluso con dictadores sin arrugar la sotana. Si el cónclave quiere alguien que mantenga la maquinaria vaticana girando sin mucho alboroto, Parolin es el hombre. Pero ojo: tan predecible que hasta el Espíritu Santo podría bostezar.
Peter Turkson – El africano globalista
Ghanés, políglota, y con un currículum que haría llorar de envidia a LinkedIn. Fue uno de los favoritos ya en el último cónclave. Si buscan diversidad y perfil internacional, Turkson podría ser el primer papa negro de la historia. Lo único que le juega en contra: le gusta hablar claro. Y en el Vaticano eso a veces se paga caro.
Luis Antonio Tagle – El «Francisco 2.0»
Filipino, carismático, y con cara de que te confiesa con una sonrisa y te da la penitencia por WhatsApp. Es el preferido de los sectores progresistas, y muchos lo ven como una continuidad espiritual del papa Francisco. Tiene llegada a los jóvenes, habla inglés fluido y podría ser el primer papa asiático. Eso sí: sus enemigos dicen que es “demasiado simpático” para ser papa. En Roma, eso también puede ser pecado.
Fridolin Ambongo – La carta sorpresa
Congoleño, comprometido con los derechos humanos y el medioambiente. Tiene fuerza, discurso y presencia. Es como si el Espíritu Santo hubiera visto CNN. Pero su ascenso sería una verdadera revolución dentro del Vaticano. ¿Están listos los viejos cardenales para un pontífice que hable de justicia climática desde el balcón de San Pedro?
El humo blanco… y los secretos rojos
Mientras tanto, en las entrañas del Vaticano, se negocia, se conspira y —por supuesto— se reza. Pero el que diga que el Espíritu Santo elige solo, nunca ha visto a 120 hombres encerrados con poder, ambición y voto secreto.
Pronto sabremos quién llevará la túnica blanca. Y mientras tanto, nosotros, los herejes con Wi-Fi, nos preparamos para otro pontificado lleno de simbolismo, intriga… y memes.